Besarte.

Besarte sin cerrar los ojos, tomando tu olor. Y entonces empezar a sentir que la vida es eterna y que el instante no existe, que el flujo del tiempo no se agota, porque no hay fin ni principio. No pido tanto, sólo una eternidad contigo. Poder comer tu fragancia, oler tus caricias y acariciar con calma cada milímetro  de tu piel. Entrar en ti y cerras la puerta para no escapar nunca. Sólo quiero eso. 
Pienso en ti, en tu manera de ser y de actuar, en las cosas que haces y en las que no. Está claro que todos tenemos un lado bueno y un lado malo. Y yo siempre tan positiva, me suelo quedar con lo bueno, SUELO. No sé porque ésta vez no. Esta vez es diferente. Será que siempre es diferente. Hoy me han dicho que cuánto más quieres a una persona más defectos le sacas. Entonces será que te quiero mucho... Es algo curioso, es como que en el fondo siento que te quiero de una forma intensa o inmensa, pero que hay algo que no me deja demostrártelo. Una coraza de miedo. Pero... ¿miedo de qué? 
Quisiera decírtelo, que tengo miedo, que tengo dudas. No dudas sobre ti, sobre que me quieras. Eso lo sé. Es de lo poco que tengo claro ahora mismo. 
Son dudas. Respecto a mí misma, a lo que quiero, a lo que deseo.... A lo que siento. Necesito reflexionar sobre ello, pero no tengo demasiado tiempo libre últimamente. Y además, mientras pienso y no pienso, te estoy haciendo daño, y creéme, que lo último que quiero hacer es eso. ¿ Y sabes que es lo que primero de las cosas que quiero hacer ahora mismo? Verte. Y besarte dulcemente, muy MUY dulcemente, como me gustan a mí los besos, como el primero. Creo que yo también te quiero sin remedio.


Aquí queda todo lo que una niña-adolescente deja en su cuaderno de memorias.

LADY little Girl <3*