siento que no existo, que no me reconoces, que para ti yo no significo nada, que desde ese momento ya no serás nadie para mi, que me olvidaré de ti a partir de ahora, que igual que yo no significaba nada para ti, tu tampoco para mi... Pero no. Vas tú y me miras; me derrumbo, me sale esa típica sonrisa tonta, y esa frase típica de: "¿ qué te pasa a ti?". Y tu sonrisa típica.
- Las esperanzas de olvidarte se desvanecieron con ese suspiro tan largo que di.
Aquí queda todo lo que una niña-adolescente deja en su cuaderno de memorias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario